La Enigma C

La Enigma C «Glühlampen»

La Enigma C «Glühlampen»

La Enigma C «Glühlampen» se presentaba en una caja de madera y tenía las medidas y la apariencia de una máquina de escribir portátil en que la parte de impresión en papel hubiera sido sustituida por un panel de letras retroiluminadas. La Enigma C disponía de tres rotores de cifrado protegidos por una tapa practicable de la que sólo sobresalían las coronas de ajuste y a través de tres pequeñas ventanas la letra o número que identificaba la posición de cada rotor.


La alimentación eléctrica era totalmente autónoma, y se realizaba mediante una pila seca de 4,5 Volts contenida en el interior de la máquina, en un espacio situado a la derecha de los rotores, aunque sobre la tapa superior disponía de un conmutador-selector que ofrecía otras posibilidades, como conectar una batería externa a dos pequeños bornes metálicos que sobresalían aún con la tapa de mecanismos cerrada.

La Enigma C «Swedish Variant»

La Enigma C «Swedish Variant»

En 1924, el Estado Mayor y la Marina sueca también se interesaron por las máquinas de cifrado, y después investigar las posibilidades existentes en el mercado quedaron como finalistas la empresa alemana Chiffriermaschinen AG y la sueca Cryptograph, que ya era conocida en los medios oficiales del país. Estos últimos ofrecían la máquina denominada A22, que era totalmente mecánica y se basaba en un tambor con 29 alfabetos, que giraba con ciertas pautas y daba un resultado visible en una ventanita rectangular.

La firma alemana ofreció la Enigma C, que fue finalmente elegida, aunque los suecos pidieron algunos cambios, como la incorporación de los caracteres propios «Å»,«Ä» y «Ö», lo cual, al igual que ocurría con la «Funkschlüssel», elevaba el número total de caracteres a 29 a aplicar a rotores de 28. En este caso, el carácter sobrante fue la «W», que se eliminó físicamente del teclado y del panel de luces, ya que en los mensajes podía ser sustituida por dos «V» seguidas. Otra pequeña diferencia de este teclado de 28 caracteres con el de 29 de la variante alemana es que las iniciales acentuadas no estaban dispuestas a continuación de las normales, sino en la última fila, al final del alfabeto.